«Pocas compañías pueden presumir de tener un legado tan rico como el de Mary Kay”.
Lo que comenzó con la visión de Mary Kay Ash para los negocios y con su deseo de ayudar a las mujeres a lograr el éxito, se ha convertido en una de las mayores compañías del mundo de venta directa de productos del cuidado de la piel y maquillaje.
Esta excepcional historia de éxito comenzó hace más de 50 años, cuando Mary Kay Ash fundó la compañía Mary Kay Cosmetics. Hoy en día, Mary Kay continúa el legado de Mary Kay Ash: inspirar, enriquecer y alentar a las mujeres a hacer grandes cosas.»
Bajo estas líneas se esconde el parámetro y la filosofía de mi segunda reflexión “brandera” sobre Mary Kay. La semana anterior me centré en el producto. Hoy quiero centrarme en las personas. La importancia de las personas para una gran marca. No voy a referirme a las personas como embajadoras de marca, estas son nuestros clientes satisfechos, sino que quiero hacer especial mención a las personas que desde dentro y hacia fuera son la fuerza de la marca, son la imagen de Mary Kay.
Y voy a concretar aún más, voy a hablar de las Consultoras de Belleza, porque a mi, que estoy comenzando en esta aventura, hay ciertos escalafones que se me escapan y cuando oigo hablar de ingresos indecentes o de viajes, coches y demás, lo cierto es que me parece que estamos en distinta órbita.
Desde que empezamos nuestros primeros contactos con la compañía, nuestras primeras formaciones, vamos viendo como la motivación forma un papel importantísimo, que la empresa con la que vamos a desarrollar nuestro trabajo nos “premia”, con detalles que desde fuera pueden parecer ridículos (así yo lo veía al principio) hasta que llega tu primer reconocimiento y piensas “guau” algo debo estar haciendo bien, y es a partir de ese momento cuando te sientes comprometido. ¿En cuantos trabajos anteriores nos ha ocurrido eso? Nace entonces ese sentimiento de pertenencia a la marca que cualquier empresa pelearía por conseguir. Yo tardé escasamente un mes en comprenderlo porque siempre lo había visto desde fuera. En ese momento lo viví desde dentro.
¿Necesita una marca como Mary Kay realizar grandes presupuestos de publicidad, inversiones en promociones, relaciones públicas, u otras campañas tradicionales de marketing? Pues no.
Para eso estamos nosotros. Los profesionales que día a día caminamos juntos para lograr unos objetivos.
Desde hace poco tiempo estoy dentro de varios grupos de Facebook, uno de ellos “Trabajar al más puro estilo Mary Kay” creado por Almudena Zapata y con más de 1300 personas, cuyo propósito es precisamente ese, caminar juntos, estar conectados, estar motivados, resolver nuestras dudas y ofrecer los consejos y experiencias que se puedan aportar para seguir trabajando y conseguir muchas veces no tirar la toalla e intentar hacer mejor nuestro trabajo.
O cuando lanzas una pregunta a través del whatsapp y hay compañeras que apenas tardan unos segundos en contestarte. Esto es branding de equipo. Nunca mejor dicho.
Cuando salimos ahí fuera, cuando hacemos una clase de cuidado de la piel, cuando salimos a la calle con nuestro maletín, cuando decimos que somos consultoras o consultores de Mary Kay tenemos que dar lo mejor de nosotros, porque sin darnos cuenta, estamos facilitando el camino de otra compañera. Si dejamos una buena imagen, si hacemos bien nuestro trabajo, si nuestro cliente se siente satisfecho, estamos facilitando el trabajo de otros.
Este sentimiento de pertenencia constituye un valor incalculable para una marca. Mary Kay transmite unos valores, nos crea inquietudes, nos hace sentir involucrados y sabe fidelizar el capital humano que tiene dentro.
Con todo esto podemos crecer a nivel profesional, a nivel personal, colaboramos con una empresa comprometida socialmente, tenemos programas de formación continua, pues entonces ¿qué nos queda a nosotros por hacer?: sólo trasladar todo eso a nuestros clientes. Si somos capaces de transmitir ese mensaje con nuestra actitud, con nuestra buena imagen, con nuestro buen hacer, seremos capaces de conseguir que todos podamos lograr nuestros sueños. Cambiar o enriquecer nuestras vidas. Hagamos que esto sea posible.